Hierba de vaquero

Inmóvil como una puesta de sol plateada en una víspera seca de verano, Cowboy Grass crepita con silenciosa urgencia sobre la piel. Reseca y desolada, la artemisa espera el fuego. El aroma se tambalea al borde de la ignición, pero de alguna manera parece contenerse, calmado tal vez por una sensación de humedad latente en el aire, rozando el tomillo blanco en flor y el pasto varilla de la pradera.

La majestuosidad de las raíces del vetiver es una de las notas más vitales y trascendentes de la perfumería, cuyo sabor pleno se secreta en el rizoma de Chrysopogon zizanioides, que se cosecha, cuelga y seca como una preciosa pieza de caza. Cowboy Grass está iluminado con vetiver haitiano, conocido por sus tonos más dulces y ahumados. La fragancia se asienta en una calmante aridez rítmica, vasta y misteriosa. Vemos las manos de Christina Olson en la icónica pintura de Wyeth de 1948 plantadas firmemente en la hierba mientras mira esa distante e inquietante casa gris. Una de las representaciones más esqueléticas del paisaje en aroma, Cowboy Grass es una obra maestra tranquila, un aroma conmovedor de silencio y privacidad.

Acordes Principales: Aromático, Suave Especiado, Amaderado

Notas: palo de rosa, tomillo silvestre, bergamota, artemisa, albahaca, rosa otto, vetiver, hierba, ámbar gris.

Año de lanzamiento: 2008